Las pasadas Navidades quería comprar un reloj para regalar a mi padre y fui a la joyería donde el año anterior he comprado una pulsera para mí madra, y el vendedor me ha ensenado various modelos. Yo le he dicho que me parecían muy caros, pues el año anterior he comprado uno similar y su precio era mucho más bajo. Entonces él me ha dicho que los precios subían en un año un 20 por ciento, pero como me consideraba un buen cliente, me haría un precio especial. Gracias a eso, he elegido un reloj muy bonito y mi padre quedaba muy contento. Creo que siempre volveré a esta joyería.